miércoles, 27 de agosto de 2008

El amor no puede arreglarlo todo




Yo conocía al tirador que asesinó a dos en la Iglesia Unitaria Universalista del Vallé de Tenesí (TVUUC), en Knoxville, pero no necesito una explicación para sus acciones. Necesito historias de héroes, de bondad y compasión.

Por Meg Barnhouse para UUWorld, 25 de agosto de 2008 (Trad. Francisco Javier Lagunes Gaitán)

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Estaba sentada con un grupo de unitarios universalistas platicando sobre los asesinatos en la TVUUC, en Knoxville, cuando una persona dijo sobre el tirador: "Seguramente nunca tuvo amor". Yo, que no me caracterizo por ser silenciosa, dije bruscamente, "¡Pero claro que tuvo amor!. Conozco una mujer que lo amó y fieramente que lo amó".

Estuve con Jim David Adkisson varias veces, una de ellas fue durante una boda en el patio trasero de su casa y también en el Curso de Verano de los Unitarios Universalistas del Sureste (SUUSI),en Virginia, en 1996. Su entonces esposa, Liza, solía asistir a la TVUUC. Soy una liberal de llevar credencial y pienso que lo que David (lo llamábamos 'Jabbo') hizo estuvo mal. No creo que él sea malo, pero el acto terrorífico que perpetró contra las congregaciones de la TVUUC y la Iglesia Unitaria Universalista del Lado Oeste (WUUC) sí que lo fue.

No puedo explicar que haya abierto fuego en un servicio de adoración afirmando que no habría sido amado. Cinco mujeres lo amaron tanto como para casarse con él. Deseaba con impaciencia que llegara el verano para poder cantar con Liza en SUUSI. Ella lo amó con fiereza, como dije. Solían hablar sobre cuán gemelas era sus almas. Él también tenía una familia que lo amaba y a la que él amaba. Su mamá, su papá y su hermana enfermera: lo amaban. Tenía también buenos y leales amigos. Desdichadamente, algunos de éstos gustaban de beber en exceso y de consumir cocaína regularmente con él.

El día en que asistí a la boda de mi amiga Catharine en el patio trasero de Jabbo y Liza fue un día encantador. La boda fue divertida, con mucha música y risas, grandiosos tatuajes en la mayoría de los asistentes y mucha bebida. Encendí los fuegos artificiales en la boda, totalmente sobria, desde luego.

Luego de diez años de bebida fuerte y uso regular de droga, en los que perdió a Liza debido a las amenazas que hacía de acabar con las vidas de ambos, con la paranoia que es el sello distintivo del abuso de la cocaína, luego de perder un trabajo tras otro, de incurrir en la santurrona autoproclamación gratuita de virtud al usar como chivos emisarios de todos sus problemas a los "liberales y gueis" actitud favorecida por las habladurías de los fanfarrones derechistas mediáticos, de sentir un tirón en su corazón cada que pasaba por la que fue la iglesia de Liza, pienso que fue todo eso lo que marcó el ataque que golpeó a los unitarios universalistas el 27 de julio.


Quisiera tener la solución para los males de la sociedad. Con todo lo que cuento en este momento es con una pequeña contribución a la conversación entre los liberales sobre la gente que hace cosas malas. Jabbo tuvo montones y montones de oportunidades. Quizás tenía alguna clase de deterioro cerebral debido al abuso de las drogas, quizás fue por los predicadores del odio de la derecha mediática, quizás fuera un deficiente control de impulsos debido a un desequilibrio químico congénito. Cualesquiera que sean las ventajas y desventajas con las que partió, participó con su voluntad libre y soberana hacer de él de lo que hoy es. Pienso que esto es más respetuoso de su valía inherente de lo que se implicaría en la idea de que no habría podido evitar hacer lo que hizo, como si hubiera estado predestinado a seguir un camino fatal hacia el desastre.

A veces hay quebrantos que no pueden repararse. Siento decirlo, pero como ministra que ha trabajado en el campo de la salud mental por veinte años antes de dedicarme de tiempo completo a la iglesia, sé que el amor no puede arreglarlo todo. Cualquiera que haya sido muy cercano a alguien que se aísla progresivamente en su propia realidad, que esté enfermo y se rehúse a seguir su tratamiento, o que esté atrapado por la adicción —cualquiera que haya tratado de amar a alguien lo suficiente para hacer que se mejore—, sabe esto.

El amor no siempre puede ser dulce y generoso. A veces el amor debe ser desafiante. A veces es más amoroso dejar a alguien que permanecer a su lado. Les envía una fuerte señal de que lo que hacen no está bien.

Nuestras iglesias, de la misma manera, no pueden arreglar a todos. Vivir en una comunidad basada en un pacto es una labor dura y requiere de nosotros que tomarnos nuestras medicinas, que nos permiten estar en la mejor condición mental posible para nosotros. A veces una persona no está el mejor lugar y momento de su vida en cuanto a contar con los recursos espirituales, mentales y emocionales para ser parte de una comunidad basada en un pacto. La comunidades de pacto —o alianza— pueden ser duras también para sus integrantes, puesto que no siempre funcionan de la manera en que dicen que querrían funcionar. Has de tener cierta robustez y firmeza para bregar con esto.

Escucho a gente decir que si Jabbo hubiese concurrido a una igelsia UU, habría recibido ayuda. Amigos míos, él vino al campamento del curso de verano y nos mostró un claro perfil de discutidor, amante de las armas, derechista, dedicado a echar la culpa de todo a los liberales y vaya que hubo quien discutió con él, desde luego. Recibió burlas por ser parte de los Boy Scouts of America [la Asociación Unitaria Universalista de Congregaciones (UUA) tiene un largo contencioso con los Boy Scout of America, debido a las políticas discriminatorias de esta organización que excluya a los ateos y homosexuales] y por sus opiniones derechistas. Se sintió evitado y no respetado.

Nos encanta pensar en nosotros mismos como de mente abierta, pero nos es difícil mantener esa apertura mental hacia ciertas personas y sus opiniones. Quizá sea yo a la que le cuesta trabajo, pero creo que no estoy sola en esto. También discutí con él. Afirmo la valía y la dignidad de cada persona, pero nunca prometí afirmar la valía y la dignidad de cada idea. Algunas ideas son opresivas y no muy juiciosas. Conducen hacia la violencia, la injusticia y a un comportamiento realmente malvado. Procuro discutir con respeto y amabilidad, pero es difícil cuando la persona con la que hablas actúa como un idiota irritante. Si fuera yo el Dalai Lama o una santa UU, sería capaz de lograrlo —y tengo la esperanza de que eso llegue en el futuro—, pero estoy segura de que no estoy ahí todavía.



Entiendo la necesidad de buscar explicaciones para su decisión de tirotear liberales mientras un grupo de sus niños ejecutaba el musical "Annie Jr." Si pudiésemos explicarlo, tal vez nos sentiríamos con mayor control de la situación, con un mayor entendimiento de las formas de prevenir lo que nos sucedió. La vida es peligrosa. Es dura, dulce y aventurada, plena y misteriosa, pero mucho más allá de nuestro control. Hacemos lo que podemos.

Viví en Israel por un tiempo, donde todos están alertas ante cualquier comportamiento extraño, paquetes abandonados, dinero tirado en la acera que podría estar conectado para explotar al jalarlo, gente que suda incluso en el aire frío, quienes vistan abrigos largos en verano. Todos somos parte del mundo, incluso en nuestras iglesias y necesitamos que algunas personas que estén alertas para que el resto de nosotros pueda bajar la guardia al reunirnos.

Me gustaría entender las razones por las que una persona haría algo malo, pero esta no es una necesidad acuciante para mí. No estoy segura de que alguna vez lo entendamos. Pienso que la capacidad de destrucción está dentro de cada uno no nosotros, dadas ciertas presiones.

Lo que necesito es escuchar historias de valor y bondad. Necesito héroes, como Greg McKendry, el ujier voluntario que la gente dice que se interpuso ante Jabbo para proteger a otros y que murió como resultado, como los hombres que forcejearon con Jabbo para tirarlo al piso y mantenerlo ahí. John Bohstedt, uno de esos hombres, hacía el papel de Daddy Warbucks. Ató a Jabbo con los tirantes del disfraz de Daddy Warbucks.

Necesito escuchar sobre el Equipo del Ministerio de Respuesta al Trauma de la UUA, que ha recibido merecidos elogios que reconocen su trabajo rápido, sensible y extraordinariamente competente con las personas traumatizadas y en duelo.

Necesito escuchar sobre las iglesias de Knoxville, tanto liberales, como evangélicas conservadoras, cuyos miembros se hicieron presentes, llevaron comida y atendieron a la gente que se reunía.

Necesito escuchar la historia del encargado del hotel que dio a mi amigo Jim McKinley, ministro de la Confraternidad Unitaria Universalista de Hendersonville, Carolina del Norte, un descuento en su hotel de Knoxville cuando el encargado del estacionamiento del hotel reconoció su portalicencias promocional UU.

Necesito escuchar sobre el alcalde de Knoxville, que ordenó que los trabajadores de la ciudad se apresuraran a limpiar la escena del crimen para que la congregación pudiera rededicar el santuario.

Más que todo amo escuchar la historia de cómo el reparto de "Annie Jr.", luego de un trabajo inmediato de apoyo con el equipo de trauma, se presentó ante Chris Buice, el ministro de la TVUUC, quince minutos antes de un servicio de adoración el lunes inmediatamente posterior a la tragedia. Le pidieron cantar "Tomorrow" de nuevo. Jim McKinley y Clark Olsen, quienes estuvieron allí, describieron que los niños cantaron con lágrimas en sus mejillas, como la gente tenía velas encendidas en sus mano no podía aplaudirles al terminar, así que pusieron en alto las velas al tiempo que zapateaban y aclamaban a esos niños por esa canción, por el conocimiento de que el mañana vendrá.