miércoles, 12 de mayo de 2010

El gran fin de la instrucción religiosa unitariana

¿Cómo la gente puede aceptar algo menos que esto como educación religiosa para sus hijos? Esta iglesia unitariana ofrece un programa de educación religiosa infantil que no adoctrina ni promueve prejuicios sectarios, sino educa en el amor y acompaña la exploración de las propias respuestas de lo niños... ¡Urge en México y en el resto del mundo hispanoparlante una alternativa así!









El gran fin de la instrucción religiosa no es estampar nuestras opiniones sobre los jóvenes, sino estimularlos a desarrollar las suyas propias;
No hacerlos ver con nuestros ojos, sino mirar inquisitiva y constantemente con los suyos propios;
No proporcionarles una cantidad definida de conocimientos, sino inspirarles un amor ferviente por la verdad;
No formar una regularidad externa, sino tocar sus manantiales interiores;
No atarlos con prejuicios inextirpables a nuestra secta o nociones particulares,
Sino a prepararlos para juzgar imparcial y concientemente cualquier tema que se ofrezca ante su decisión;
No recargarles la memoria, sino avivar y fortalecer el poder del pensamiento;
No imponerles una religión en la forma de reglas arbitrarias, sino despertar la conciencia, el discernimiento moral.
En una palabra, el gran fin es despertar el alma, así como estimular y mostrar estima por la vida espiritual.
—William Ellery Channing