Quest/CLF, marzo de 2008
Trad (Fco. J. Lagunes Gaitán)Por Lynn Ungar, ministra de aprendizaje a lo largo de la vida, Iglesia de la Fraternidad Mayor (CLF)
Entre el 21 y 22 de marzo se da el equinoccio de primavera, uno de los 2 puntos en el año en los que la duración del día y la noche son iguales (el otro es el equinoccio otoñal, entre el 22 y el 23 de septiembre —a menos, desde luego, que estés en el hemisferio sur, en cuyo caso estarás cerca del equinoccio de otoño actualmente y el equinoccio de primavera será en septiembre). Debido a la inclinación del eje de rotación de la tierra con respecto a su órbita alrededor del sol, durante el invierno la duración de los días es más corta, por lo que el día más corto del año es alrededor del 21 de diciembre (en el Hemisferio Norte). Luego, muy gradualmente, la duración de los días comienza a alargarse, hasta el equinoccio, en el que hay un breve punto de equilibrio y la duración de la luz y la obscuridad son iguales, antes de que las horas luminosas del día se prolonguen poco a poco y la primavera de paso al verano.
En algunas tradiciones paganas este momento de igual luz y obscuridad, que marca el inicio de la primavera, es una festividad llamada Ostara, por el nombre de una diosa germánica de la fertilidad y el crecimiento. El nombre de esa festividad puede sonar bastante familiar a los anglófonos [Eostara]…el nombre de la festividad de la Pascua en inglés [Easter] no solamente proviene de Ostara, sino que ambas festividades tienen en común muchos de sus contenidos tradicionales.
Por ejemplo, pintar 'huevos de Pascua' es una tradición muy anterior a la Pascua. Podrías querer celebrar Ostara pintando algunos huevos. Sin embargo, es posible que no quieras ocuparte demasiado de cuán bonitos se ven tus huevos pintados, debido a que lo sigue es una sugerencia para realizar un ritual del equinoccio de primavera para realizarlo con estos huevos.
Para hacer el ritual, cada participante debe tener un huevo especial que haya pintado, y un plato o una servilleta.
Dado que este es uno de los 2 momentos del año en que la luz y la obscuridad son iguales, cuando el día y la noche están en equilibrio, tiene sentido pensar que el equinoccio es un momento para buscar y honrar el equilibrio. ¿Cómo se sentiría que tu vida estuviera desequilibrada? Piensa un momento en silencio lo que se siente cuando tu vida está equilibrada —cuando tus relaciones con tus amigos y tu familia se sienten bien, cuando tus obligaciones y tareas domésticas se sienten bajo control, cuando tienes tiempo de hacer lo que disfrutas, cuando sientes que te gustaría entender todo lo que se supone que aprendas en la escuela. Cuando pienses que ya has captado este sentimiento interior, párate y trata de mantenerte en equilibrio sobre un solo pie. Siente tu punto de equilibrio. Pon atención al sentimiento de equilibrio, de manera que puedas volver a encontrarlo cunado lo necesites. Si gustas, dilo fuerte y claro o solamente para ti: "Encontraré mi equilibrio al avanzar en el año".
El equinoccio de primavera es también un momento para honrar al crecimiento. No sólo pongamos atención a flores que las plantas echan, o a los bebés animales que pueden nacer, también podemos poner atención a las cosas nuevas que suceden en nuestras propias vidas. Levanta el huevo pintado especial que trajiste. Es hermoso, cubierto con los colores que escogiste para él. Piensa en tu vida, y en lo que se siente nuevo, o en alguna cosa nueva que desearías que sucediera en ella. Podría ser una nueva habilidad, como andar en patineta, o podría ser una nueva amistad o una capacidad como la paciencia o la valentía, o cualquier cosa de la que te gustaría tener más en tu vida. Imagina que el huevo lleva en su interior cualquier cosa nueva que esperas que se vuelva real, o se haga más presente en tu vida. Imagina que el cascarón del huevo es todo aquello que podría impedir que tus cosas nuevas se realicen. Podrían ser las circunstancias que te bloquean, o podrían ser tus actitudes y temores que se interponen para que suceda lo que deseas. Suavemente rompe tu huevo y quítale el cascarón.
En un huevo que se convierte en un pollito, la yema es la parte que se transforma en el pollito, mientras que la clara está allí para nutrir el desarrollo del embrión (que todavía no es un pollito). Piensa en lo que quieres cultivar en tu vida, quítale la clara. La clara es todo lo que ayuda a que las nuevas cosas se desarrollen. Podrían ser tus propios esfuerzos, o la ayuda de otros, o un cambio de actitud o cualquier cosa que te ayude a hacer realidad tu visión de lo que quieres. Come la clara del huevo (o por lo menos una fracción de ella, especialmente si no te enloquece el sabor de los huevos cocidos) e imagina que haces tuya cualquier cosa que necesites para alimentar tu visión y ayudarla a desarrollarse. Ahora ves la yema, el centro. Imagina que eres tú, tu poder, tu sueño. Come toda o parte de la yema, e imagina que con ello haces real tu visión dentro de ti.
Si quieres, puedes también hacer un dibujo de la cosa que esperas cultivar en tu vida y ponerlo en tu pared, o en el refrigerador, para recordarte aquello por lo que trabajas y cuyo cumplimiento esperas. O escribe o dibuja tu cosa nueva en un pedacito de papel, y encuentra un lugar en el jardín para plantarlo, como si se tratara de una semilla que quieres cultivar.
¡Conforme el sol se hace más caliente y los días se alargan, puede que encuentres que aquello dentro de ti —un talento, una habilidad, un deseo— también creció!
Así como las plantas crecen mejor con un equilibrio entre sol y lluvia, así también la gente se desarrolla mejor con un equilibrio entre descanso y acción, que este equinoccio de primavera sea un momento en tu vida, tanto para el equilibrio, como para el crecimiento.
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