Trad (Fco. J. Lagunes Gaitán)
Tenía 7 años de edad cuando tuve mi primer encuentro con la teología. Mi madre preparó una hornada de dulce de chocolate, la colocó en el refrigerador, y decretó que nadie podría probarla entes de la cena. Eso no me dio nada de gusto. Inventé los más diversos planes pude concebir para robar un poco, pero siempre alguien parecía acechar por la cocina.
Comoa las 4 en punto hubo la que me pareció una increíble pausa. Mi madre y mi hermana tuvieron que ir a la tienda, así que me dejaron solo por un rato. Mi madre debió haber leído mi mente, pues me dirigió una advertencia muy clara al salir. “No porque no esté yo aquí”, dijo, “no quiere decir que estés solo aquí con el postre, Dios te mira”.
La palabra “teología” significa estudio de Dios. Cuando ellas salieron yo me dedique a un estudio intensivo. No me tomó mucho tiempo llegar a la conclusión de que en realidad era yo un ateo de 7 años. Chico, vaya que estaba sabroso el postre. Desdichadamente para mí, mi madre había contado los pedazos, y el recuento a su regreso mostró un déficit de 3. Cuando me preguntó cómo había podido yo tomar descaradamente el postre frente a Dios, le dije, “No creo en Dios”. Mi siempre práctica madre me respondió: “Iría en el mejor de tus intereses actuar como si Dios estuviese allí”.
por el Revdo. Terry Sweetser, vicepresidente de servicio y desarrollo de la Asociación Unitaria Universalista (UUA), tomado de su libro As if God Were There (Cual si Dios estuviese ahí), publicado por Rising Press en 1986 y disponible a través de la biblioteca de la Iglesia de la Fraternidad Mayor, CLF library o por teléfono al 617-948-6150.
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